jueves, 26 de febrero de 2009

CARTAS A MAESTROS

Querida Señorita Aurelia:

Hay cosas que por mucho que los años pasen no tienden a olvidárseme, no obstante aunque creo que son aberrantes, solo las recuerdo como una anécdota mas.

Que le pusieras motes a los alumnos dependiendo de sus peculiaridades negativas, era típico en ti. Recuerdo aún a César preguntarle ¿Dónde está tu camiseta del borrico? Y echarte a reír a carcajadas delante de todos, ya que el chico no tenia muchas luces y tuvo la osadía de venir un día a clase con la estampación en una camiseta blanca de un asno, y esa oportunidad no se te podía escapar, lo aprovechaste al máximo ¡vaya si lo aprovechaste!. ¿Recuerdas a Jesús Antonio “el tortuga”? entonces supongo que te acuerdas quien decía que era lento como una tortuga, constantemente, sí eras tu quien lo decía, por eso todos cuando salíamos al patio le increpábamos y le señalábamos llamándole “tortuga … tortuga …” varias veces. “El gallo americano”, “el bobalicón”, etc., y generación tras generación tus motes han ido prevaleciendo, curso tras curso hasta que te has jubilado. Me pregunto a quién pondrás motes ahora que no tienes con quién divertirte ¿quizás a tus nietos? Supongo que no, porque son de tu sangre y con los adultos no te atreverías.

¿Y que me dices del fomento de la competitividad en clase? El que sabía la lección adelantaba pupitres de los que no se la sabían, así el aula siempre estaba organizada, tipo nazi, el primero siempre el primero y el último siempre el último.

¿Y que me cuentas de tu superanillo de oro? Con el que nos machacabas la cabeza como el que casca nueces, claro que como eras la mujer del practicante no habría problema si nos abrías la cabeza un pequeño zurcidito y punto.
Recuerdo que en los recreos te ibas corriendo a tu casa, para poner la comida al fuego, lo que nunca entendí era por qué corrías, si siempre aparecías tarde mal y nunca.

¡En fin chica! Como mujer no lo se, pero como profesora fatal, pese a todo algo me enseñaste, leer y escribir…
Un beso querida Aurelia, al final la vida solo se vive una vez y esas pequeñas cosas solo son anécdotas que ahora recuerdo con cariño.

Miguel Ángel


Carta para mi maestra Natividad:

La profesora que mejor recuerdo y más aprecio es Natividad de 2º de Bachillerato de Geografía.Esta profesora nos trataba como si fuéramos personas que no tienen ni los conocimientos básicos sobre geografía de España. Su forma de explicar se basaba en hacernos entender lo más simple, aunque ya lo supiéramos, y a partir de ahí llegaba al ultimo tema para prepararnos de una forma efectiva para la prueba de selectividad.Los alumnos eran unos “niños” a los que cuidaba. Sin embargo era una maestra muy autoritaria debido a que en sus clases debía haber un silencio absoluto y ningún comentario. Las preguntas se respondían al final de la clase y por ello había que apuntarlas en un papel. Además todos los días nos explicaba el significado de la palabra paciencia al ser alumno.
Sus clases eran interesantes y nos mostraba imágenes de diversos lugares de España, ya que este es nuestro país y es el que debemos conocer desde lo más básico.Esta profesora me marcó no solo por lo que aprendí gracias a ella, sino también porque nos explicó como es la vida y la importancia que tienen los estudios para tener una vida más cómoda en un futuro. Me enseño a mi y mis compañeros a entrar en la vida adulta, algo que aprecio mucho.

Ewelina Slowiñska Milena


Querida profesora Valle,

Han pasado 18 años desde que me dio la última clase de inglés y todavía la recuerdo como una de las mejores profesoras que he tenido.En primer lugar eras muy cariñosa con nosotros, adolescentes de entre 12 y 14 años, lo que siempre viene muy bien en esa etapa tan difícil de la vida.
Te recuerdo también como la primera profesora “moderna” que tuve y que no seguía las normas de la vieja escuela, y eso que eras bastante seria, aunque no autoritaria. Yo te definiría como paciente, una de las mejores cualidades que puede tener un profesor.Cuando digo moderna me refiero a las técnicas actuales de enseñanza-aprendizaje que utilizabas, como lectura de revistas y libros en clase, juegos o canciones… ¡aún me acuerdo de las canciones!
Luego intentabas juntar alumnos que sabían más inglés con los que estaban más verdes para que se apoyaran y trabajaran juntos y que el que sabía más le “enseñara” sus técnicas al que sabía menos, sobre todo para que tu no intentaras mostrarte más sabia que nosotros sino apoyarnos a aprender inglés como algo muy útil.Por todo eso, muchas gracias, espero que sigas siendo la buena profesora que aún recuerdo.

Víctor M. Escudero


Carta a un antiguo maestro,

Estimado D. Jaime.
Aunque desde siempre he pensado en usted como el mejor maestro que he tenido, es ahora, tras casi 15 años, cuando puedo expresarle mi agradecimiento por su esfuerzo y dedicación.Quiero agradecerle su paciencia, su trato cordial siempre respetuoso y divertido, la forma de conducir su clase de matemáticas (le confieso que nunca me han gustado y que aún se me dan mal) y hacer que fuera entretenida...
A medida que fui madurando como persona me di cuenta que lo que le hacía especial era no perder la ilusión de enseñarnos a aprender.Siempre intentó inculcar en mí el gusto por las matemáticas, y aunque eso no lo consiguió, hizo que mi perspectiva sobre ellas cambiara. Gracias a usted yo no tiré la toalla con esta asignatura y aunque me cuesta mucho entenderla, le pongo empeño y dedicación.Si tuviera que destacar algo que recuerdo de sus clases es, que nunca nos decía los resultados de los ejercicios; siempre nos indicaba el camino a seguir para que fuéramos nosotros los que encontráramos la solución.Esta carta se hace corta para darle las gracias por labor como profesor.

Esté donde esté, le hago llegar mi más sincero agradecimiento.

Un cordial saludo.

Luis A. Ramos Vicente


Querida profesora,

Te recuerdo muchas veces cuando paso por delante del colegio camino de algún otro lugar y me pregunto: ¿cómo podías estar tan pendiente de nosotros sin que nos dieramos cuenta?Ahora me sorprendo al recordar cómo apoyabas y lograbas que nos subiera el ánimo si lo necesitábamos y, por supuesto, recuerdo la gran capacidad de empatía que tenías.
Ahora sé que aguantar a 32 personas de 13 años debe ser una tarea agotadora, bastante dura, pero en tu caso, quizás fuese algo menos arduo puesto que sabías mantener el orden y el respeto, que a su vez, tú, sin necesidad de hablar, transmitías calma y comprensión.La materia que impartías fue de utilidad, pero lo que no se borrará jamás será la sensación de tener un apoyo, alguien en quién confiar y que, recíprocamente, confía en la gente, en su gente.

Gracias por todo y hasta siempre.

Mª Luisa Español Martín

Carta para la que fue mi profesora de Biología en Bachiller:

Querida profesora allá dónde esté:Aún recuerdo su caminar pausado y su voz agradable, aunque clara y bien audible. Tenía una paciencia y ternura que todos agradecíamos.Me gustaba mucho como explicaba la asignatura, pues lo hacía con claridad y con orden y repetía las explicaciones todas las veces necesarias hasta que nos quedaba claro. Nos daba tiempo a coger los apuntes sin agobios, pero sin aburrirnos.Los dibujos que hacía para explicar y alegrar la asignatura eran preciosos: la estructura interna de las plantas y sus flores, de los animales y de la anatomía humana. Estuve tres cursos recibiendo cada vez una información más profunda.Sus exámenes eran muy equilibrados: no eran muy difíciles, ni muy fáciles, sino adecuados para las explicaciones y nuestro nivel.
No era exigente, ni autoritaria, pero tampoco condescendiente con el desorden en clase, ni con la falta de estudio.Cuando nos veía tristes trataba de ayudarnos y si le preguntábamos dudas ajenas a la asignatura fuera de las horas de clase, asuntos de nuestras propias vidas, trataba de aconsejarnos bien y darnos ánimos, sin burlarse de estos “pequeños problemas”, pero que para nosotros eran a veces “grandes problemas”.Lamento que hiciéramos tan pocas prácticas de laboratorio. La asignatura resultó excesivamente teórica. Sólo en una ocasión salimos de excursión a un jardín con árboles y plantas de estudio y poder ver los aspectos prácticos que habíamos estudiado en la clase. Pero resultó muy insuficiente.Ciertamente, su enseñanza era muy tradicional, sin innovaciones, pero esto ocurrió hace muchos años y además su trabajo estaba también muy condicionado por la política del centro (era un centro privado).Sin embargo, lo positivo para mi pesó más que lo negativo y aprendí fácilmente muchos nombres complicados y amé la Biología. Por un tiempo quise estudiar Biología en la Universidad... Pero el destino me llevo por otros derroteros.

Espero que sea feliz y que haya ayudado a muchos otros alumnos como lo hizo conmigo.

Afectuosamente, Isabel


Querido Sebas,

Aún recuerdo como impartías tus clases, siempre tan paciente con todos tus alumnos aún siendo casi insoportables algunos de ellos y maleducados, respetando a todos por igual, tratándonos con mucho cariño e intentando siempre que no nos aburriéramos en clase con temas pesados, haciéndonos partícipes en tus clases, clases muy divertidas y amenas, logrando que hasta lo más complicado pareciese sencillo, dando unas explicaciones fáciles con buen tono de voz, amable y claro, también recuerdo tu responsabilidad con respecto a nosotros y a ti mismo, nunca hacías nada que nos pudiera perjudicar en algún sentido, siempre pensando en nosotros (tus niños), lo mejor de ti es que reconocías nuestros esfuerzos y nos hacías sentir orgullosos de nuestro trabajo, por todo esto te recuerdo con tal aprecio que solo tengo palabras de gratitud por haberme enseñado lo que sé y hacerme la persona que soy, gracias.

Un cordial saludo,Pamela


Carta para mi profesora Loreto:

Me gustaría recordar aquí las enseñanzas que recibí de mi profesora Loreto, la cual me dio clase de Naturales en 2º ESO.A pesar de ser bastante estricta, pues había que cumplir con exactitud sus normas tales como entregar trabajos a tiempo pues si no, no lo corregía, me enseñó muchas cosas, incluidas el ser más responsable.Aprendí en ese año a hacer buenos resúmenes que ella me enseñó a elaborar con paciencia (por su parte y por la mía), pues aprendí a potenciar mi forma personal de estudio y a darme cuenta de cómo yo misma aprendía mejor.Sus clases eran interesantes y nos mostraba la naturaleza, con experiencias como salir a buscar hojas de árboles, plantas, etc.
Esta profesora no solo me enseñó aspectos de su asignatura, sino que en una ocasión en concreto, mi comportamiento no fue ‘’bueno’’ y esta profesora habló conmigo, haciéndome recapacitar y reconocer que lo que había hecho no estuvo bien y rectifiqué para no volver a hacerlo.En definitiva, Loreto, fue para mí una de las profesoras que más me marcaron, tanto por lo que aprendí de la asignatura, como lo que me aportó después (resúmenes, comprensión..) y sobre todo, a definirme como persona adulta, responsable y capaz de pensar por mí misma.

Natalia Martínez Romero


Querida profesora Mª José:

Han pasado muchos años, pero todavía me acuerdo de ti.
Profesora de matemáticas en primero de BUP. Eras muy dura, exigente y disciplinada y aunque en algunas ocasiones me atrevería a decir que también algo desagradable ya que no eras muy paciente y nos chillabas muy menudo, tengo también un buen recuerdo tuyo. “Aprendí matemáticas”.
En muchas ocasiones me ha venido muy bien y me he dado cuenta de lo importante que es tener una buena base.
Gracias a ti aprendí a querer y entender los números y sus porqués. Tu manera de enseñar, muy clásica y además algo estricta, quizás no era la más ortodoxa, pero creo que en el fondo por lo menos a mí me hizo aprender y amar esos extraños números que a veces nos hacen la vida imposible.
Ahora también entiendo que enseñar a jóvenes no es una tarea fácil, es una labor compleja para la cual hay que tener auténtica vocación.
Gracias por haber sido profesora mía y por esa gran vocación tuya.

Alicia Bodoque Moreno

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